Aprender a disfrutar la comida sin culpa

La alimentación puede convertirse en foco de preocupación. La clave es centrarse en disfrutar y dejar atrás los pensamientos negativos que generan culpa, porque la comida también se puede disfrutar.

Un sondeo realizado por la plataforma YouGov en Reino Unido en el año 2019, reveló que el 51% de las mujeres sentía estrés alrededor de Navidad, en comparación con un 35% de los hombres. Unas cifras que se han agravado con la situación actual, y que responden a diferentes factores, desde la compra de regalos y su impacto en la economía familiar hasta el cansancio relacionado con los distintos compromisos. Pero también tienen mucho que ver las comidas y la culpa que a menudo se vincula a ellas. Un sentimiento que, para empeorarlo todo, no hace más que extenderse en los meses posteriores a las fiestas.

De acuerdo a un artículo publicado en Vogue, la dietista-nutricionista Mireia Cabrera Cárdenas, del Centro Júlia Farré de Barcelona, aunque cada vez hay más personas que sufren ese malestar por una fijación demasiado extrema con la comida sana, en la mayoría de las ocasiones, viene causado por el miedo a engordar.

La cultura de dieta ha hecho que muchas personas se restrinjan en vez de aprender a escuchar sus cuerpos. Si hay algo que caracteriza a muchas dietas es la limitación a escoger: comer cero carbohidratos, cero grasas, jamás mezclar carbohidratos con proteínas, no pasarte de un determinado número de gramos de hidratos al día, satanizar los azúcares o a los productos procesados, en fin. La culpa sigue a quienes no pueden cumplirla al pie de la letra y lo que sigue son posibles trastornos alimenticios.

Hay distintas maneras de mejorar, la más importante es acudir a un especialista de confianza, que pueda guiar y orientar a disfrutar nuevamente de la comida. No hay alimentos malos o buenos, cada persona y cada organismo es distinto por eso es primordial conocerse, aceptarse, amarse y respetarse para entonces dejar de contar las calorías y enfocarse en la importante: nutrirse y comer desde el amor.

Por: Sara Pacheco

By: Sara Pacheco