Creencias erróneas sobre los aceites esenciales

Lo natural debe usarse con cuidado

Es común escuchar que muchas personas usan aceites esenciales y la práctica de la aromaterapia para cuidar la salud. Pero si no se usan con cuidado podrían ser más perjudiciales que beneficiosos. Los dermatólogos hace mucho tiempo advierten que los aceites esenciales son peligrosos para la piel.

El auge de productos enmarcados en la tendencia de la «belleza limpia» está causando estragos en pacientes que creen que estos elementos están compuestos por solo ingredientes naturales y no tóxicos. Sucede así con los aceites esenciales, que hasta hace poco se añadían a los productos como fragancia o en pequeñas concentraciones por sus propiedades antibacterianas, pero ahora se están utilizando en solitario.

«Existe la creencia errónea de que todas las plantas son seguras porque son naturales. Además, la toxicidad de los aceites esenciales puede ser completamente distinta a la de la planta, no solo por su mayor concentración, sino también por sus propiedades fisicoquímicas. Los aceites esenciales, como productos de destilación, son mezclas de sustancias químicas que en su mayoría tienen un bajo peso molecular lo que, en combinación con su lipofilicidad, les permite atravesar las membranas de una manera muy eficiente», explica la Guía sobre aceites esenciales en productos cosméticos publicada por el Gobierno de España.

El auge de productos de la “belleza limpia” está causando estragos

Los aceites esenciales tienen muchos usos, tanto inhalados en aromaterapia como aplicados, pero casi ninguno de ellos se puede aplicar directamente sobre la piel, ya que son sustancias muy puras químicamente y pueden provocar irritación o reacciones. Siempre que se desee utilizar un aceite esencial o hacer un tratamiento de aromaterapia, hay que consultar con un médico. Su principio activo va directamente al torrente sanguíneo, por lo que son directamente peligrosos si hay alguna patología de tipo autoinmune, lupus, reacciones a nivel dérmico o cualquiera de las enfermedades autoinmunes que sean reactivas.

«Los aceites esenciales aplicados sobre la piel son una de las principales causas de dermatitits alérgica por contacto. Y la situación ha empeorado durante la pandemia porque la gente está experimentando con remedios caseros mientras está en casa y utilizando estos aceites sin diluir», afirmó la dermatóloga Annie González en un artículo de The New York Times.

La aromaterapia debe realizarse con supervisión médica. Foto doTERRA International/Pexels

La aromaterapia debe realizarse con supervisión médica. Foto doTERRA International/Pexels

¿Qué es un aceite esencial?

Un aceite esencial es un líquido aceitoso extraído normalmente de tejidos de plantas. Contiene compuestos volátiles que otorgan el aroma característico del tejido del que fueron extraídos. Es decir, pueden obtenerse aceites esenciales de las hojas del orégano, canela, rosas, lavanda, azahar de los naranjos y manzanilla, así como de muchos otros tejidos que contengan compuestos con aroma.

Los aceites esenciales pueden obtenerse por diferentes técnicas. La más utilizada es el arrastre con vapor de agua, en la cual el vapor pasa por los tejidos de las plantas, calentándolos, volatilizando los compuestos del aroma y arrastrándolos. Pero su uso sin control puede tener efectos secundarios; estos dependen de la persona que los utilice y del aceite esencial.

El marzo del año pasado, un artículo del sitio web satírico Reductress, titulado Essential Oils to Cure Your Rash From That Other Essential Oil (Aceites esenciales para curar el sarpullido de ese otro aceite esencial), ofrecía un resumen de la reacción negativa.

Se ha demostrado que inhalar ciertos aceites esenciales impacta al sistema nervioso central y estimula al cerebro para que libere neurotransmisores como la serotonina, que ayudan a regular el estado de ánimo, pero en lo que respecta a la piel muchos creen que más allá de dar un aroma agradable a un producto, hacen más daño que bien.

“Existe la creencia errónea de que todas las plantas son seguras porque son naturales”

Los efectos secundarios comunes son enrojecimiento, quemaduras químicas, dolores de cabeza, hinchazón y ampollas. Y aunque muchas marcas sostienen que las propiedades antibacterianas de los aceites esenciales ayudan a combatir el acné, en realidad pueden empeorar los brotes.

Los aceites cítricos, que incluyen el limón, la naranja y la bergamota, son en especial peligrosos, ya que pueden ser fototóxicos, lo que significa que reaccionan a la luz ultravioleta y pueden hacer que la piel sufra quemaduras y ampollas. También los aceites de corteza de canela, clavo, zacate de limón, orégano, pimienta y jazmín producen irritación. Pero el peor es definitivamente el aceite de árbol de té.

Los expertos recomiendan buscar concentraciones diluidas del 0,5 al 1 por ciento o menos, de preferencia mezcladas con un aceite portador menos reactivo como el de argán o el de coco. Aun así si el olor es muy fuerte, lo más probable es que irrite la piel.

Varias empresas han generado millones de dólares con su venta, especialmente en pandemia. Destacan doTerra y Young Living. De acuerdo a un artículo de The New Yorker las dos empresas tienen más de tres millones de clientes cada una y mil millones de dólares en ventas anuales. Si bien hay aceites más baratos (Walmart vende un kit de dieciséis aceites esenciales de “grado terapéutico” por treinta dólares), Young Living y doTerra han construido sus marcas sobre la base de las afirmaciones de que venden aceites de origen natural completamente puros. Tanto Young Living como doTerra siguen un modelo de marketing multinivel.

Por: Sara Pacheco