El autocuidado es terapéutico
En medio de un proceso difícil, esto puede levantar ánimos
El autocuidado no es un acto egoísta y menos en una situación como el cáncer de mama. Pero es un concepto que fue más allá durante la pandemia del COVID-19, muchas personas se dieron cuenta o internalizaron, la importancia de cuidarse a uno mismo y en este caso en particular, puede convertirse en una terapia. Desde arreglarse las uñas, hasta comprar ropa bonita, son acciones que van más allá del exterior.
«Una de las cosas con las que te encuentras todo el tiempo es la idea de que no puedo invertir en cosas que son buenas para mí, porque me quita la capacidad de ser un buen padre o de hacer lo que necesito en el trabajo», dijo Kelly McGonigal, psicóloga de la salud y profesora de la Universidad de Stanford al New York Times. «¿No sería estupendo que aprendiéramos a apoyarnos en nuestra interdependencia, y que pudiéramos tener algún tipo de alegría al saber que cuando me cuido a mí misma, a menudo también cuido a los demás?».
Cambios estéticos
Las mastectomías son de los cambios más presentes en los diagnósticos. Pero «la reconstrucción no es un proceso simple», comentó la Dra. Deanna J. Attai, una cirujana de mama de Burbank, California, y expresidenta de la Sociedad Americana de Cirujanos de Mama al Times. Ahora, una cantidad cada vez mayor de sus pacientes, en especial aquellas con senos pequeños antes del diagnóstico, están optando por no someterse a la reconstrucción.
Pero hay otros cambios estéticos que se producen en la mujer como consecuencia de los tratamientos por cáncer de mama. Es difícil explicarlo con palabras, pero es una lucha para muchas aceptarse frente al espejo y aceptar los cambios estéticos que provoca el tratamiento.
La caída del cabello es el primero que más impresiona, tiene un impacto fuerte ya que no solo se trata de la cabellera, se incluyen también las cejas y pestañas. La caída del pelo es un efecto secundario de la quimioterapia, que actúa en todo el organismo afectando en mayor medida a las células de crecimiento rápido.
Pese a que no ocurre en todos los casos, es un síntoma común. Se recomienda a muchas cortar el cabello antes del tratamiento pues se puede producir irritación o picazón en el cuero cabelludo.
Afortunadamente hay cada vez más alternativas: pelucas, gorros, extensiones, enfriamiento del cuero cabelludo, cuyo uso está muy extendido en Europa, consiste en ajustar a la cabeza un gorro especializado para enfriarla antes de la sesión de quimioterapia. El gorro debe mantenerse puesto durante la sesión y por unas dos horas después de concluida.
Otra cosa que pasa con respecto a las cejas y pestañas, es el uso de maquillaje para dar expresión al rostro. Expertos recomiendan que en se siga una rutina de higiene facial: retirar el maquillaje antes de dormir y tener la piel hidratada.
«La aportación de la belleza como terapia tiene éxito en un 100% de los casos tratados. Estas mujeres, al verse mejor, cambian de actitud por una más positiva. Y la actitud influye en el desarrollo y mejora de la enfermedad», aseguró Tania Vicenti, especialista de estética oncológica y creadora de La belleza desde el corazón.
Otra de las partes del cuerpo que sufre en medio de los tratamientos es la piel. Por un lado, puede sufrir los efectos de la quimioterapia, que van desde la sequedad al enrojecimiento, pasando por erupciones y manchas. Sin embargo, el tratamiento radioterápico afecta más a la piel del área tratada, donde puede provocar lesiones dérmicas por la exposición a radiaciones ionizantes y que, según su gravedad, pueden presentarse desde en forma de leve enrojecimiento, hasta en forma de ulceraciones y hemorragias.
De igual manera, las uñas se debilitan, algunas quimioterapias pueden incluso hacer que cambien de color. Se recomienda usar aceites que contienen vitamina E, evitar el uso de esmaltes y usar cremas ricas en ceramidas.
Por: Sara Pacheco