Harold Santana: Un sueño en libertad

Ahora expone su potencial en Estados Unidos

“Como un niño de radio” así se define Harold Santana, destacado periodista de origen cubano, presentador y reportero de la Primera Edición del Noticiero de Telemundo 51, a quien Estylo Magazine tuvo la dicha de entrevistar para poder conocer y revelar algunos detalles de su vida personal y profesional.

Santana, quien es fiel creyente de la responsabilidad ciudadana del periodismo y un buscador incansable de la verdad, ha pasado más de la mitad de su vida en medios de comunicación, iniciando por este hermoso camino en su natal Santiago de Cuba.

Su destacado trabajo lo ha hecho miembro de la Academia Nacional de Artes y Ciencias de la Televisión de Estados Unidos (NATAS) y, además, ha recibido el premio de “Mejor Presentador Informativo de Habla Hispana” en China; en Cuba, obtuvo premios como el de Maestría Creadora en Documentales en el 2006 y el Gran Premio Nacional en Radio y Televisión.

Desprenderse de su país, de su familia y hasta de sus costumbres no fue nada fácil, pero son hechos que le permitieron sumar grandes aprendizajes y experiencias que han marcado su vida en positivo. Con un extraordinario carisma y una notable humildad, Santana nos compartió momentos claves de su trayectoria.

“Yo vengo de un país que es una dictadura, donde no se hablan de muchas cosas porque es un mecanismo de la opresión”

¿Cómo fueron tus inicios en la profesión?
A los 11 años llegue por primera vez a la radio y participé en un programa hecho por niños, que son tan tradicionales en Cuba. En ese momento creció esa vocación de producir y presentar programas para este medio.

A los 17 vino la televisión, y luego comencé a estudiar Lengua y Literatura Inglesa, pero a la vez estudiaba los sábados y domingos Producción de Radio y Televisión, y cuando me gradué de las dos carreras me fui a los medios.

Trabajaste como reportero, locutor y editor del Servicio de Español de la Radio Internacional de China, y como presentador de los informativos de la Televisión Central China desde 2009 al 2014, ¿Cómo fue esa experiencia para ti?
China me cambió la vida, soy una persona antes y después. Me enseñó a ser más tolerante, abierto a las nuevas experiencias culturales, a probar lo nuevo, incluso nunca había probado la comida picante y tuve que tolerarla y sobrevivir.

Me enseñó que un país son muchos países y de lo extenso que es la diversidad, así como de todo aquello que nos hace tan cercanos a los chinos por muy diferente que pueda parecer.

Estás convencido de que enseñar a los demás es el mejor agradecimiento a quienes te condujeron por esta senda profesional, ¿quiénes te guiaron?
Yo fui la última camada de locutores y periodistas cubanos que fueron formados por muchos de esos grandes periodistas, que incluso muchos no fueron a la universidad, pero eran unas estrellas en la profesión.

Cuando terminé mi diplomado en periodismo, me di cuenta de que también me tocaba enseñar en homenaje a todas aquellas personas que se dedicaron tanto de su tiempo a formarme desde los 11 años.

¿Hace cuánto llegaste a EE.UU. y como te recibió este hermoso país?
Llegue en el 2014. Me vine con mi familia, pero no tenía trabajo, por lo que un amigo le pasó mi currículum a Telemundo 51. Entramos en conversación y así obtuve un regalo maravilloso: mi primera y única entrevista del único trabajo que he tenido como presentador y periodista, y fue en la televisora local de todo el sur de la florida. Este ha sido mi único trabajo, mi única entrevista y mi gran bendición.

He asumido este compromiso que me ha puesto en el papel de ser voz de la comunidad, de ser la persona que lleva la noticia todos los días a millones de hogares en diferentes horarios, de realizar trabajos de investigación que llegan a resolver problemas y a darle voz a muchos personas que algunas instituciones les han cerrados las puertas.

¿Tienes familia en Cuba?
Si, todavía está mi mamá, que lamentablemente no ha podido venir a Estados Unidos por diferencias entre los gobiernos de ambos países. La embajada de Estados Unidos suspendió sus servicios consulares en Cuba y mi mamá ha sido víctima de esa política.

Yo soy hijo único, y aunque he sido muy independiente, es como un cordón umbilical que nunca se rompe. La cercanía, el abrazo diario y el consejo oportuno de una madre es algo que hecho mucho de menos, pero afortunadamente, y gracias a la tecnología, esa barrera se vence gracias a WhatsApp y a los mensajes, que hace que estemos en conversación constantemente.

¿Qué le agradeces a Estados Unidos?
A Estados Unidos le agradezco la libertad. Yo vengo de un país que es una dictadura, donde no se hablan de muchas cosas porque es un mecanismo de la opresión. Este país también me dio la oportunidad de tener mi segunda casa y ahora es mi primer país.

¿Qué nuevos proyectos tienes?
Seguir creciendo profesionalmente, ya que estamos en un mundo donde la televisión está cambiando. La televisión y la redes sociales se están fusionando con gran velocidad, y creo que me toca eso, adaptarme a la nueva TV, a las nuevas tecnologías y a ese modo de hacer.

Hace un tiempo estábamos acostumbrados a los videos horizontales porque son los compatibles con el formato de la televisión, y sujetar un teléfono de esa forma es algo bastante complicado. Estos cambios también trascienden a la TV, ya que se está incorporando el video vertical. Esto es algo interesante que los periodistas estamos tratando de incorporar a nuestro día.

¿Cuál ha sido tu mayor reto en Estados Unidos?
Uno de mis mayores retos ha sido aprender a conducir. Nunca lo había hecho, ya que en Cuba no es necesario y Pekín cuenta con un sistema de metro que llega a cualquier lugar. Llegar a Miami sin auto es un problema, pero este es uno de los grandes retos y miedos que vencí y que estoy tratando de superar en estos tiempos.

Por: Beatriz Oliva.